Una de las cosas más importantes para mantener la salud de nuestra familia y conservar el buen estado de nuestra casa, es la ventilación.
Muchas veces el vapor que se produce por el uso de baños, cocina, estufas o duchas, genera problemas. Incluso la respiración de los habitantes del hogar aumenta el vapor acumulado.
La condensación se instala en las paredes frías y entonces aparecen manchas verdes de humedad, que despiden mal olor. Por eso es muy importante evitar la humedad y sus consecuencias, para que no se perjudique la vivienda, ya que después los problemas se agravan.
Como prevención se recomienda:
- Ventilar las habitaciones por la mañana con el fin de eliminar la humedad producida durante la noche.
- Permitir la entrada de sol.
- Revisar que ninguna de las rejillas de la casa esté tapada.
- Colocar un extractor en la cocina y abrir las ventanas, para que el extractor tire mejor.
- Ventilar bien el baño después de la ducha para eliminar todo el vapor.
Cuando la ventilación de nuestro hogar no es buena, se acumulan contaminantes de distintos orígenes, a tal punto que los habitantes de la casa pueden sentirlos. El ingreso de aire exterior es fundamental para diluir los contaminantes.
Para disfrutar plenamente de nuestro hogar, lo mejor es crear un lugar donde se respire un ambiente saludable, y para tal fin, la ventilación diaria es lo más recomendable.
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